Me miras, te miro

Me ves, te acercas sigilosamente por mi espalda y con tan sólo un ‘qué bien hueles’ al oído consigues que se me erice la piel. Me giro a verte con la sonrisa más pícara, que he podido improvisar en dos segundos. Me miras, sabes perfectamente lo que deseo. Te miro, quiero jugar un poco más….

Diferencia entre rutina y amor

¿Nunca os ha pasado que habéis tenido a alguien siempre tan presente en vuestra vida que no os dais cuenta de lo que realmente sientes por esa persona? A mi me ha pasado y tras varios años de idas y venidas, de polvos a escondidas y besos robados, hoy me di cuenta. Siempre lo he…